Tipos de dengue

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Como su nombre lo dice, el dengue es ocasionado por un virus que lleva el mismo nombre. Esta es una enfermedad infecciosa que se transmite por medio de los mosquitos, en donde el principal de los causantes es el llamado Aedes aegypti.

Cuando una persona se encuentra afectada por esta enfermedad, se pueden llegar a producir dos tipos de dengue. El primero de ellos, vendría siendo el clásico, en donde se presentan ciertos síntomas gripales y otros que pueden ser tratados y que no representan riesgo alguno para la vida de la persona.

En el peor de los casos, este dengue puede llegar a evolucionar hasta convertirse en hemorrágico, en donde se pueden producir una serie de sangrados en la nariz, encías y hasta vómito con sangre. Este factor, hace que sea un tipo de dengue que puede llegar a causar la muerte, por lo que debe de ser tratado desde el área hospitalaria.

¿En qué lugares suele contagiarse una persona con el dengue?

La mayoría de los mosquitos que transmiten el dengue, provienen de las regiones que posean un clima tropical. En estos últimos años, la transmisión ha aumentado en las zonas urbanas, debido a que estos mosquitos pueden reproducirse en cualquier zona en donde se encuentre agua estancada, por lo que arrojar desechos a las calles puede ser uno de los factores principales.

Según las estadísticas, la mitad de la población mundial está en el riesgo de contraer el dengue, razón por la cual es una enfermedad que debe de ser evitada a toda costa.

El dengue se puede presentar en dos tipos

Como se hizo mención anteriormente, cuando una persona es infectada por el dengue, normalmente se hace presente su primera etapa, que vendría siendo el dengue clásico. Sin embargo, puede existir una evolución de la enfermedad, la cual puede llegar a ser letal.

Dengue clásico

El dengue clásico vendría siendo la primera etapa de esta enfermedad y la menos letal de todas. Cuando la persona se encuentra afectada por este dengue, presenta síntomas de fiebre, la cual puede llegar a alcanzar más de 38 grados centígrados.

Por otro lado, también surgen otros signos como dolores de cabeza en la parte frontal de la cabeza, dolor muscular, dolor articular, náuseas, vómito, enrojecimiento de la faringe, conjuntivitis, dolor abdominal leve, diarrea y erupción de la piel.

Como se puede notar, se presentan una alta cantidad de síntomas, y es algo que hace de esta enfermedad una con las que más hay que tener cuidado, es especial cuando nos encontramos afectados por ella.

Dengue hemorrágico

Existen múltiples casos en donde el dengue clásico suele evolucionar a una etapa en donde se convierte en todo un riesgo para la vida de la persona que se encuentra afectada. A esta etapa se le conoce como dengue hemorrágico.

Al igual que su primera etapa, también se puede presentar el malestar general y la fiebre, además de hemorragias que pueden ser leves o intensas. Adicionalmente, estas también se producen tanto internamente como externamente.

En el dengue hemorrágico suelen surgir trastornos en la sangre y los líquidos corporales, los cuales pueden manifestarse como sangrado debido a las alteraciones que se producen en la coagulación. Como consecuencia, se pueden producir sangrado nasal, vómito con sangre, sangrado en las encías y aparición de moretones o enrojecimiento en la piel.

Mientras que en el primer dengue la persona afectada puede recibir el tratamiento desde su hogar, en el hemorrágico es completamente necesario que sea atendido en el área hospitalaria.

Historia del dengue

Las primeras referencias de un caso de dengue, se dieron en una enciclopedia de medicina china, la cual fue editada posteriormente durante la Dinastía Tang en el año 610. En estos escritos, se describía un “agua envenenada” que estaba asociada a insectos voladores. Cuando una persona era víctima de una de las picaduras de estos insectos, se producían fiebres elevadas.

Una de las principales razones por la que el dengue logró extenderse por casi todo el mundo, se debió al gran desarrollo de la marina mercante y la inmigración de las personas, especialmente en los siglos XVIII y XIX.

Como consecuencia de la gran inmigración, las ciudades crecieron y se urbanizaron, creando de esta manera una mejor condición para que el Aedes aegypti pudiera habitar, lo cual ocasionó grandes epidemias.

La manera en que estos mosquitos lograban llegar a nuevos territorios, se debía a que se mantenían vivos dentro de los depósitos de agua de las bodegas en los viajes marítimos. Como es bien sabido, los mosquitos requieren de agua estancada para reproducirse.

El origen del término dengue aún no se conoce del todo, debido a que es una palabra que puede relacionarse con el idioma castellano, en donde dengue se utiliza en referencia a algo fastidioso o cuidadoso, lo cual puede describir el sufrimiento de un paciente con el dolor de huesos que se presenta cuando es contagiado por esta enfermedad.

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