Lo que se conoce como epilepsia, o convulsión, no es realmente una enfermedad sino que representa un síntoma que puede surgir gracias a distintos trastornos que afectan de forma directa nuestro cerebro. Pero, ¿en qué consiste exactamente un ataque de epilepsia?
Al ser provocada gracias a un trastorno que ataca el cerebro, estamos hablando de una descarga anormal y brusca en la actividad eléctrica del cerebro. Dentro de estos trastornos, se puede nombrar el hecho de que un alcohólico no consuma alcohol, lo cual genera un ataque epiléptico. Estas descargas se pueden dar de diferentes formas, en donde la más común es aquella que altera los movimientos y pensamientos de una persona, lo cual significa que cualquiera puede notar el síntoma.
A pesar de lo que muchas personas pueden pensar y creer, una crisis epiléptica no se refiere sólo a una convulsión con caída al suelo y pérdida de conciencia, sino que esto puede variar y cambiar a menudo. La única forma de saber si se trata de un ataque convulsivo, es que el médico observe las descargas anormales en el cerebro.
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Tipos de epilepsia
Por lo general, las convulsiones siempre repiten y son muy parecidas, y las mismas pueden depender de distintos medios y ocurren de forma involuntaria y descontrolada, en la mayoría de los casos. Además, las crisis se pueden dar en cualquier momento del día, inclusive si hay personas rodeando a la persona que las padece. No con controlables ni están marcadas por la voluntad.
Como dijimos anteriormente, estos ataques son similares, por lo que no se conoce sólo un ataque convulsivo, sino que por el contrario, existen distintos tipos de epilepsia de los cuales aquí les hablamos:
Epilepsia rolándica benigna
Este ataque, como su nombre lo indica, es benigno y sólo afecta a los niños que comprenden una edad entre tres y trece años, y son aquellas que incluyen un lado del rostro del niño, incluyendo la lengua, comprometiendo a´si el habla del niño. Por lo general, estos ataques aparecen una o dos horas después de que el sueño haya comenzado, o bien, minutos antes de que el niño se despierte. No genera tantas crisis y suelen mejorar una vez que empiecen la pubertad.
Epilepsia ausencia de la niñez
Este tipo de epilepsia es también una de las que se da en los niños, específicamente en las edades comprendidas entre tres y once años. Estas son peores que las anteriores ya que se repiten muchas veces al día y a diferencia de cualquier ataque epiléptico que se pueda comúnmente conocer, esta no genera ningún movimiento brusco, sino más bien una desconexión total del mundo, en donde el niño queda con la mirada fija y algunos parpadeos.
También, en algunos casos, incluyen movimientos similares al de abrochar algún botón. Además, son ataques que vienen ligados con la amnesia, por lo que los niños no recuerdan el evento. Sin embargo, con el paso del tiempo se dan cuenta de que se desconectan por unos momentos.
Epilepsia mioclónica juvenil
Este tipo de epilepsia no se da en niños, sino que ocurre al comienzo de la adolescencia. Por lo general ocurren en las horas de la mañana y consiste en sacudidas del cuerpo de forma involuntaria, en donde también generan que cualquier objeto que se tenga en las manos, sea soltada. A diferencia de lo que se pueda imaginar, es sólo una descarga brusca de corriente que suele repetirse varias veces al día.
Síndrome de West
Este tipo de epilepsia no es muy frecuente, pero sí severo y crítico. Es aquel que se da en los infantes cuyas edades comprenden los tres y dieciocho meses de vida. Se repiten en distintas ocasiones y consisten en la flexión de la cabeza y brazos (como si se fuese a abrazar) y dispara el llanto del bebé. No dura más que uno o dos segundos, pero repite en distintos espasmos a lo largo del día. Por lo general, estos ataques ocurren cuando el niño está entrando en el sueño o cuando está saliendo de él.
Síndrome de Lennox Gastaut
De nuevo, estamos hablando de un ataque convulsivo crítico pero no frecuente. Es una de las peores y ocurren en niños cuyas edades comprenden los dos y tres años de edad. Consisten en no poder mantener un control del cuerpo y muchas de las veces comprometen traumas faciales o de cráneo, y es que en muchas ocasiones las sacudidas son capaces de tumbar al suelo al niño que la padece. Es uno de los síndromes más difíciles de controlar de los niños, por no decir el primero.
Epilepsia del lóbulo temporal
Este es el ataque epiléptico más común y frecuente a nivel mundial. Así como su nombre lo indica, esta crisis ataca esta zona del cerebro (el lóbulo temporal) y consiste en molestias epigástricas. Además, también generan una sensación aguda de temor y distintas sensaciones que la persona que las padece no logran explicar del todo. Por otro lado, también presenta distintos movimientos involuntarios en la boca, las manos y la lengua. Sin embargo, este es el tipo de epilepsia que mejor y más respuesta tiene gracias al tratamiento.
Epilepsia del lóbulo frontal
Y por último, está el tipo de epilepsia que afecta al lóbulo del cerebro de posee un gran tamaño. Los síntomas que acarrea son terribles y muy bruscos, además de que generan un miedo racional en familiares y amigos. Estos consisten en crisis bizarras y nocturnas en donde la cabeza y los ojos pueden llegar a girar, además, también impiden que la persona pueda hablar. Es tratable.