La hoja son aquellas partes de las plantas en donde se lleva a cabo el proceso de fotosíntesis y respiración. El término proviene del latín fŏlĭum, fŏlĭ. Constituye un órgano vegetativo, de apariencia normalmente aplanada, característico de las plantas vasculares; y cuya función principal es efectuar la fotosíntesis.
En términos de anatomía y morfología, las hojas y los tallos se encuentran íntimamente relacionados; por lo que los dos órganos forman, en conjunto, lo que se conoce como el vástago de la planta.
En la antigüedad, el uso de las hojas de las plantas verdes era ampliamente utilizado como un elemento en el cual se podía tomar base para identificar las diversas especies. No obstante, no pasó mucho tiempo antes de que las personas se dieran cuenta de que este sistema no constituía una alternativa muy fiable; por lo que una verdadera y rigurosa clasificación científica se puede fundamentar únicamente en la estructura de las flores.
Es muy simple percatarse de la cantidad de inconvenientes que presentaba aquel sistema elemental. Tal es el caso, por ejemplo, de las hojas de la ortiga muerta (Lamium) y las de la ortiga (Urtica). Su aspecto es muy similar, lo cual llevó a que a ambos géneros se les destinase el nombre común de «ortiga»; muy a pesar de que la primera pertenece a las familias de las labiadas y la segunda a la de las urticáceas; si nos fijamos atentamente en sus flores.
Las hojas son excepcionalmente diversas en cuanto a su forma, que suele ser la característica de cada especie; si bien manifiestan grandes variaciones entre individuos, e incluso dentro del mismo espécimen.
Durante el ciclo de vida de una planta, se desarrolla más de un tipo de hojas en una planta; y no solo las típicas hojas conocidas como nomófilos. A partir del proceso de germinación, van surgiendo diversos tipos de hojas: los cotiledones, hojas primordiales, prófilos, brácteas y antófilos en las flores; que tienen formas y funciones sumamente diversas entre sí.
Un tipo de hoja promedio consta usualmente de una lámina aplanada, de un tallito corto que es la unión de la lámina al tallo y se denomina pecíolo; y, en su base, posee un par de apéndices similares a hojas, llamados estípulas. Gracias a la existencia o ausencia de estos elementos y la increíble variedad de formas de cada uno ha forjado un extenso vocabulario para clasificar la gran cantidad de tipos de hojas que están presentes en las plantas vasculares. La descripción de estas características se denomina morfología foliar.
Existen distintos tipos de hojas, según el criterio que se utilice:
Contenidos
Tipos de hojas según el limbo
Simples
Se caracterizan porque se puede encontrar su limbo sin partir. En los casos en los que el limbo se encuentra partido, las divisiones no llegan al nervio principal.
Compuestas
Las divisiones llegan al nervio principal en este tipo de hojas. Estas constan de diversas secciones que les conforman, denominadas foliolos, que son especies de hojas.
Tipos de hojas según la morfología del limbo
Lineal
Este tipo de hojas asemeja a una cinta, por ser de apariencia alargada y angosta.
Sagitada
La forma de estas hojas se le asocia con la alabarda; que es un tipo de arma que emplea el hacha y lanza de forma combinada.
Acorazonada
Su aspecto asemeja al de un corazón, tal y como su nombre sugiere.
Oval
Es un tipo de hoja de forma ovalada.
Acicular
La forma de este tipo de hojas asemeja a la de una aguja.
Lanceolada
Este tipo de hojas se la relaciona con la forma de las lanzas.
Elíptica
Las hojas elípticas tienen forma de elipsis.
Tipos de hojas según su nervadura
Penninervia
Estas hojas tienen un nervio central del que emerge el resto.
Palminervia
En estas, el pecíolo está ramificado en distintos nervios.
Paralelinervia
En este tipo de hojas, los nervios parten desde el pecíolo y son paralelos entre sí.
Palmeada
En estas hojas se presenta más de un nervio principal, el cual se ramifica y toma una figura parecida a los dedos de las manos.
Tipos de hojas según su pecíolo
Sésiles
Son aquellas hojas que carecen de pecíolo, por tanto, el limbo crece desde la rama directamente.
Pecioladas
En este tipo de hojas, no solo si existe el pecíolo, sino que el limbo surge del mismo.
Hojas según la morfología de su margen
Enteras
Son aquellas de margen alisado.
Dentadas
Compuestas por un margen de formas puntiagudas, similares a dientes.
Onduladas
Los márgenes de estas hojas poseen entrantes poco marcadas.
Lobuladas
Este tipo de hojas poseen salientes y entrantes ondulados.
Aserradas
Estas hojas poseen pequeñas formas puntiagudas de manera inclinada.
Hojas según su ubicación en el tallo
Opuestas
Se caracteriza por el crecimiento de dos hojas por nudo, de forma opuesta, una de cada lado del tallo.
Connatas
Tienen una apariencia parecida a las anteriores, solo que estas carecen de pecíolo.
Basales
Son aquellas que crecen en la parte inferior de la planta y tienen contacto con el suelo.
Verticiladas
Poseen un aro alrededor del tallo y crecen en grupos mayores de tres.
Alternas
Crece una en cada nudo y se sitúa cada una a un lado del tallo de forma alternada.