Los lentes son un objeto conocido y utilizado hoy en día por una gran cantidad de personas debido a alguna patología óptica. Sin embargo, los lentes van mucho más allá de sólo los lentes de pasta y los de contacto, por lo que decimos entonces que los lentes son elementos especiales formados por un material transparente que generalmente es vidrio, cristal o plástico, y que deben contener una curva que bien puede ser cóncava o convexa, dependiendo de la necesidad de la persona.
Tipos de lentes
Una vez que a una persona se le diagnostique una enfermedad ocular, cuyo diagnóstico debe ser realizado por un profesional, se le debe tratar con lentes cuya fórmula varía según cada persona. Hoy en día, existen distintos tipos de lentes que se dividen según sus características, mismas de las cuales hablaremos a continuación:
Lentes convergentes
Lo que se conoce como un lente convergente, también conocido como lentes positivos, son aquellos que permiten que la los rayos de luz se concentren en un punto denominado foco. Dentro de estos lentes, existen tres tipos:
- Biconvexa: estos lentes son específicos para algún tipo de tratamiento y son aquellos cristales que cuentan con las curvas hacia afuera, en donde el centro suele ser mucho más grueso que los alrededores.
- Plano convexo: Por otro lado, tenemos los lentes que cuentan con una cara plana y otra convexa y son específicos para determinadas fórmulas, de modo que tratan distintas enfermedades oculares.
- Menisco convergente: y por último dentro de esta clasificación, tenemos este tipo, el cual está formado por caras curvas completamente que sueñen asemejar con una uña. Funciona muy bien para tratar distintos diagnósticos.
Lentes divergentes
Por otro lado, tenemos los lentes divergentes que también suelen ser conocidos como los lentes negativos, y son aquellos que lo que buscan es separar la luz que pasa a través de los mismos, de modo que el foco (aquel punto por el cual provienen los rayos), y la distancia que existe entre él y la lente, suele llamarme focal. En esta ocasión, este tipo de lente también se clasifica de la siguiente manera:
- Bicóncava: diferenciándolos con los lentes biconvexos, estos cuentan con curvas sólo que hacia la parte de adentro, contando así con un centro más delgado que los extremos.
- Plano cóncava: Por otra parte, tenemos los lentes que disponen de una cara plana y de otra cóncava, diferenciándose así con los lentes de plano convexo.
- Menisco divergente: y por último dentro de esta clasificación, tenemos el menisco divergente el cual es aquel que tiene las dos caras completamente curvas.
Por otro lado, tenemos los tipos de lentes de acuerdo a su forma y a su tratamiento oftalmológico, y son los siguientes:
Anteojos
También conocidos como gafas, este tipo de lente es completamente conocido y uno de los más utilizados por las personas para tratar problemas en la vista. Por lo general, se dice que es el instrumento óptico más utilizado y popular de todos por su comodidad, y es que estamos hablando de dos cristales con la fórmula de corrección, sujetas por una base que cuelga del puente de la nariz de quien los usa y que cuenta con dos patas que se sujetan en las orejas.
Los hay en distintos materiales, cuya base puede ser en un plástico resistente o en metal, en donde los preferidos son los primeros. Por otro lado, a los niños también se les diagnostican problemas de visión y se les recomienda utilizar lentes, por lo que existen unos anteojos especiales para ellos cuyo material es resistente y elástico, de modo que su durabilidad está certificada.
Antes de saber qué tipo de lente se le debe colocar a los anteojos, la persona debe visitar un médico especialista, ya que los lentes comentados con anterioridad tratan distintas dioptrías. Por ejemplo, los lentes convergentes suelen tratar la hipermetropía, mientras que los divergentes, tratan la miopía.
Lentes de contacto
Y por otro lado, tenemos los lentes de contacto, también conocidos como pupilentes. Estos consisten en pequeños lentes que contienen una fórmula precisa según la enfermedad que se vaya a tratar, y a pesar de que suelen ser estéticamente más cómodos que los anteojos, son un riesgo para la córnea y su metabolismo, causando daños irreversibles.
Sin embargo, muchas personas suelen preferir este tipo de lentes y optan por mantener un cuidado exacto y perfecto para evitar infecciones. Lo ideal, manteniendo lentes de contacto, es contar con una limpieza precisa y permanente e manos y rostro, además de mantener el ojo lubricado a todo momento y limpiar de forma regular los pupilentes con una solución.
Por otro lado, el tiempo de uso de los lentes de contacto puede variar según el tipo que se esté utilizando y la causa, porque además de tratar enfermedades oculares, también están aquellos que cuentan con colores y son meramente estéticos. Por lo general, los lentes de contactos deben usarse unas diez horas de forma consecutiva como máximo, de forma diaria.
Existen dos tipos de lentes de contactos, los flexibles y suaves, y los duros, en donde los primeros son los más cómodos pero los segundos son los mejores para corregir enfermedades. Pese a esto, no suelen ser los más utilizados debido a que necesitan de un tiempo de adaptación mayor gracias a su rusticidad.