Se denomina nomenclatura a todo aquel conjunto de vocablos que definen el nombre de un objeto o persona. Su origen proviene del latín nomenclatura, conformado por el sustantivo nomen que significa “nombre” y el verbo calatum, que significa “llamar”.

Al hablar de nomenclatura se puede encontrar con diversas áreas que han aplicado el término para otorgarle nombre a una determinada materia. De hecho, la aplicación de la nomenclatura es considerada en muchas ramas como un método para denominar y clasificar las cosas según su nombre, algo que es vital para áreas como la química, biología y la lingüística.

La nomenclatura puede ser conocida como nomenclatura química, nomenclatura biológica y nomenclatura combinada; siendo esta última adoptada en el año 1987 por la Unión Europea para establecer códigos que pudieran identificar cada una de las mercancías que tenían que ser monitoreadas por la aduana.

Tipos de nomenclatura

Sin embargo, es en las dos primeras áreas donde la nomenclatura ha tenido un gran impacto, logrando que muchos términos basados en elementos de un objeto fueran minimizados hasta crear un nombre único, el cual es otorgado mediante la aplicación de las normas de redacción de nomenclatura.

Dichas normas están compuesta por afijos, es decir, el uso de sufijos, infijos y prefijos; reglas básicas que ayudan a crear el nombre de un objeto o persona. En química, por ejemplo, es muy recurrente hacer uso de prefijos númericos, así como el número de oxidación o el número de carga.

Pero sea cual sea la rama donde se planea aplicar una nomenclatura desde cero, es importante conocer el tipo de nomenclatura en el que se estará trabajando, para así saber que tipos de reglas aplicar. La nomenclatura se divide en 4 tipos, siendo las más destacadas la nomenclatura química, biológica y combinada:

Nomenclatura Química

La nomenclatura química es un conjunto de nombres de elementos y compuestos químicos que fueron otorgados por medio de una serie de reglas y formulaciones que son sustentadas por la Unión Internacional de Química Pura y Aplicada (IUPAC). Dicha organización es la única entidad encargada a nivel mundial de establecer nomenclaturas a cuaquier compuesto o elemento químico. De hecho, la organización ha patentado una serie de reglas mejor conocidas como El libro Rojo; un libro donde se describen cada uno de los pasos a seguir a la hora de formular una nueva nomenclatura química.

Cabe destacar que dicho reglamento está dividido entre compuestos orgánicos y no orgánicos, sin embargo, la fórmula general se aplica de la misma forma, teniendo como base 3 tipos de nomenclatura química: nomenclatura tradicional, nomenclatura estequiométrica y nomenclatura moderna.

Nomenclaturas Químicas

• Nomenclatura tradicional

La nomenclatura tradicional (también conocida como ‘nomenclatura antigua’ o ‘nomenclatura clásica’) es aquella que es utilizada con frecuencia para establecer el nombre de cualquier componente químico por medio de prefijos y sufijos, sin embargo, es un tipo de nomenclatura química que actualmente es utilizada para el área industrial y comercial, dado que la técnica que se implementaba en ella ya está en desuso.

En este tipo de nomenclatura química, el uso de prefijos y sufijos es esencial para conocer la valencia de un compuesto químico, de modo que la combinación de ambas palabras resultará en el nombre de dicho compuesto. Por lo general, los prefijos más utilizados son “Hipo” y “Per”; y los sufijos más utilizados son “Oso” y “ico”.

• Nomenclatura estequiométrica

La nomenclatura estequiométrica (también conocida como ‘nomenclatura de atomicidad’) es aquella que ayuda a otorgar nombres a las sustancias por medio del uso de prefijos de números griegos (mono, di, tri, tetra, penta, hexa, hepta, octa, nona y deca), los cuales serán un indicativo para conocer la atomicidad de cada elemento.

Para poder formular una nomenclatura estequiométrica hay que jugar con dos tipos de prefijos: uno genérico y otro específico; dado que este tipo de nomenclatura revela tanto la atomocidad como el compuesto del elemento. Es por esto que se debe seguir el siguiente orden:

• Iniciar la nomenclatura con el prefijo númerico griego, el cual representará el número de átomos del elemento (oxigeno e hidrogeno). Ejemplo: mono (1), di (2), tri (3), tetra (4), entre otros.
• A continuación colocar el nombre y tipo de compuesto.
• Y, finalmente, colocar el nombre del elemento que, por lo general, debe ser un elemento no metálico.

En base a lo anterior, si se tiene el siguiente compuesto P2O5, se puede decir que la nomenclatura de este será pentaóxido de difósforo; penta (5) con óxido (O) y di (2) con fósforo (P).

• Nomenclatura moderna

La nomenclatura moderna (o mejor conocida como ‘nomenclaruta de Stock’) es un tipo de nomenclatura química que utiliza los números romanos entre paréntesis al lado del número de oxidación (o valencia), aunque esto sólo funciona cuando el compuesto tiene un número de oxidación superior a 1.

La regla para formular una nomenclatura bajo los pilares de este sistema es sencillo, dado que sólo se debe conocer el estado de oxidación del elemento. De este modo sólo se debe conocer tres cosas:

• El nombre del compuesto.
• El nombre del elemento.
• El estado de oxidación.

Cabe destacar que al momento de escribir la nomenclatura completa (teniendo en cuenta los 3 datos anteriores) es importante colocar el número de oxidación (entre paréntesis) justo al lado del nombre del elemento, sin dejar espacio. Un ejemplo de ello puede ser Cloruro de plomo(IV).

Nomenclatura Biológica

En el momento de buscar un nombre científico para un organismo, es importante aplicar las reglas básicas descritas por el Código Internacional de Nomenclatura para definir una nomenclatura biológica. En sí, la nomenclatura biológica se trata colocar un nombre distintivo y único a una especie según su tipo (planta, aves, mamíferos, bacterias, protozoos, algas, hongos, entre otros) y su existencia.

La nomenclatura biológica es el último paso en el proceso de clasificación de especies, mejor conocido como la Taxonomía. Es por esto que a la hora de estudiar la nomenclatura que tendrá una especie que ha sido descubierta recientemente, se debe conocer primero el tipo de especie, el género, la familia, el orden, la clasificación, el filo y, por último, el reino.

En sintesis, la nomenclatura biológica se da una vez que los expertos (mejor conocidos como taxónomos) hayan analizado qué tipo de especie están tratando y en que categoría taxonómica pertenece. Para emplear los códigos básicos de nomenclatura biológica es necesario tener un conocimiento extenso sobre el Código Internacional de Nomenclatura Botánica y el Código Internacional de Nomenclatura Zoológica, dado que ahí se podrá encontrar toda la información pertinente para saber la clasificación y organización de cualquier tipo de especie.

Para otorgar una nomenclatura biológica es importante identificar la especie por medio de dos nombres en latín: el género y la especie. Ambos nombres deberán ser escritos en letra cursiva, donde el género tendrá la primera letra en mayúscula y la especia con letras minúsculas. Cabe destacar que a la hora de colocar los nombres no se deben utilizar tildes, ni la letra ñ.

Cabe destacar que en ocasiones los nombres de las especies son colocadas en función de ciertos elementos que son característicos, ya sea la zona donde se descubrió la especie e incluso el nombre o apellido del descubridor. Lo cierto es que la nomenclatura biológica es considerada como una de las herramientas más difíciles de aplicar, dado al gran trabajo previo que se debe someter a la especie hasta descubrir cada aspecto de ella.

Nomenclatura Combinada

La nomenclatura combinada es mejor conocida como aquella que corresponde a los códigos que se le otorgan a ciertas mercancías del sistema aduanero de la Unión Europea. Esta nomenclatura fue implementada por primera vez en el año 1987 para otorgarle un código único a cada mercancía, teniendo cómo resultado una cantidad de 8 digitos númericos.

Los 8 digitos fueron establecidos de la siguiente manera: los 6 primeros corresponden a las partidas y subpartidas del Sistema Armonizado de mercancías y los 2 últimos al TARIC, es decir, el arancel común.