Una de las grandes diferencias que existen entre las personas, es su piel, ya que no todas tienen el mismo tipo. Existen diferencias entre cada uno, desde sus causas, hasta sus consecuencias, por lo que es importante mantener siempre presente el tipo de piel que tienes.
No todos los jabones sirven para todos los tipos de piel, mucho menos las cremas, es por esto que cada producto viene indicando a qué tipos de piel les va bien su fórmula. Es importante leer cada producto de salud y de belleza, ya que hasta los cosméticos se ven afectados por cada piel.
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¿Cuántos tipos de piel existen?
Existen cuatro tipos de piel: la piel normal, la piel seca, la piel grasa y la piel mixta. Cada una de estas, cuenta con una diversidad de diferencias que permite que cada persona sepa cuál es su tipo de piel. Sin embargo, no todos prestan atención a estos detalles, por lo que no mantienen su piel protegida del modo en correcto.
Es importante tener en cuenta cualquier tipo de síntoma distinto que pueda ocurrir en tu piel, ya que la misma puede variar dependiendo del cuidado que mantengas. Es decir, si tu piel es normal, puede pasar a ser grasa por factores tanto internos como externos, que ayudan a que esto ocurra.
Tipos de piel
Piel normal
La piel normal, llamada de forma científica como piel eudérmica, es aquel tipo de piel que se caracteriza por contar con un buen equilibrio. Esto no quiere decir que no existe un nivel de grasa en ella, ya que en lo que respecta a la frente, la barbilla y la nariz, se mantienen con un poco de grasa pero es algo bastante tolerable y poco visual.
Sin embargo, se dice que no es grasosa ya que tanto el sebo como la hidratación se encuentran en perfecto equilibrio, permitiendo así que la piel se vea sana y brillosa.
Para poder identificar la piel normal, se puede hacer de forma visual, ya que la misma se caracteriza por tener un tono uniforme y fresco, además de una textura aterciopelada y muy suave. No cuenta con impurezas y no es propensa a la sensibilidad.
Todas las personas que cuentan con un tipo de piel normal, cuentan con un tipo de piel completamente saludable que se mantiene radiante en todo momento.
Piel seca
La piel seca es aquella que se caracteriza por el contar con una producción de sebo menor a la normal, por lo que se produce una escases de lípidos que ayudan a hidratar y mantener protegida la piel en todo momento. La xerosis puede llegar a ser muy fuerte en algunas ocasiones, cuya intensidad puede acabar en grados muy altos y ocasionar molestias.
Luego de realizar un estudio, se llegó a la conclusión de que la piel seca afecta más a las mujeres que a los hombres, sobretodo a medida que van envejeciendo ya que de forma natural, la piel se va secando más y más.
La piel seca puede determinarse de forma rápida y visual, sin necesidad de un chequeo exhaustivo, y es que la falta de humedad y brillo en la piel da paso a una capa de piel rústica al tacto e incluso a la vista. Las causas de una piel seca pueden variar e ir desde lo externo, hasta lo interno, empezando por una falta de agua en el organismo y un tipo de transpiración muy particular.
La piel seca se divide en tres etapas:
- Piel seca: la piel seca se observa frágil y áspera, cuya elasticidad es bastante débil en todo momento. Se percibe de forma rápida, por lo que cualquier puede llegar a identificar una piel seca.
- Piel muy seca: la piel muy seca puede llegar a ser molesta, por lo que hay que mantener un ojo sobre ella en todo momento. Si no se trata, puede llegar a una descamación leve que se observa a simple vista. Además, puede llegar a generar picazón y sensibilidad a cualquier tipo de contacto, acabando en una irritación riesgosa de infección.
- Piel extremadamente seca: en algunas zonas de nuestro cuerpo, debido a algunos factores, se presenta una piel seca en extremo, llegando a mostrar aspereza, descamación elevada y una deshidratación muy fuerte. Lo que son las manos, los codos, las rodillas y las plantas de los pies, las cuales acaban por agrietarse debido a la sequedad de la zona.
Piel grasa
La piel grasa, a diferencia de las anteriores, se caracteriza por contar con una producción excesiva de sebo, formando la afección denominada: seborrea. Además, los poros de este tipo de piel se observan a simple vista y es muy brillosa.
Las causas frecuentes de este tipo de piel, pueden comenzar con una piel heredada (factores genéticos), hasta acabar en las causas externas como el estrés. Por otro lado, los desequilibrios hormonales causan que la piel se vea afectada de forma directa, y en algunos casos, los cosméticos y cremas corporales también afectan nuestro tipo de piel.
La piel grasa presenta impurezas de forma muy frecuente, por lo que el acné aparece en cualquier momento, y no sólo en el rostro sino también en los hombros, la espalda y el pecho.
Piel mixta
Así como su nombre nos lo deja saber, este tipo de piel cuenta con la característica principal de combinar diversos tipos de piel al mismo tiempo y en diversas zonas.
Entre sus características principales se encuentran los poros grandes y visibles en las zonas grasosas, mientras que en las mejillas casi siempre se encuentra la piel seca o normal.
Las causas de este tipo de piel pueden variar según el cuerpo y los cuidados de cada persona, en donde las partes grasosas se deben a una producción elevada de sebo, a diferencia de las partes más secas, cuya producción de sebo es escasa. No se observa un equilibrio sino que debido a factores diversos esto puede ser muy variante.
Factores que afectan nuestra piel
Nuestra piel es muy delicada a factores que pueden ser internos o externos, dependiendo siempre de las causas originales, y es que los factores comunes pueden variar desde el clima, la contaminación, las medicinas comunes que se tomen de forma diaria, el estrés que se viva de forma constante, factores genéticos y hereditarios de padres directos y muchos otros que se consideran factores externos, como los productos para la piel.
Como decíamos al comienzo, es importante tener en cuenta que se deben comprar productos que no afecten nuestro tipo de piel, sino que se adapten a la misma. Es importante visitar a un dermatólogo para que el mismo se encargue de recetar los productos de cuidado correctos.
Para ellos poder determinar el tipo y el estado de la piel de una persona, se basan en los siguientes factores:
- Signos de envejecimiento: es bien sabido que la piel va evolucionando y cambiando a medida que el tiempo va corriendo, por lo que se puede determinar el tipo de piel a través de esto. Si bien una persona en su niñez puede contar con una piel seca, entrando en la pubertad sus hormonas pueden crear una piel grasa que genera acné.
- Color de la piel: para poder establecer el estado de la piel, se toma en cuenta el color de la misma, ya que dependiendo de ella se puede llegar a saber cómo será su respuesta a algunas fuerzas externas como por ejemplo, el sol. Gracias a este factor se puede tomar en cuenta cualquier tratamiento que fortalezca la piel.
- Sensibilidad: La piel seca se caracteriza por irritarse de forma sencilla, que si bien si son capaces de irritar cualquier tipo de piel, no lo hacen con tanta sensibilidad como este tipo de piel. Es importante visitar un médico si sientes que tu piel es demasiado sensible, ya que esto puede volverse en tu contra en cualquier momento.
- Producción de sebo y sudor: ya dejamos en claro que la cantidad de sebo que es capaz de producir el cuerpo afecta de forma directa nuestra piel, por lo que el sebo es un factor determinante en el tipo de piel que solemos poseer. Un exceso de producción puede generar piel grasa, y la escases, piel seca. Un nivel equilibrado de sebo ayuda a que la piel sea normal y se mantenga saludable en todo momento. Por otro lado, el sudor también afecta nuestra piel, por lo que una buena producción de sudor mantiene la temperatura de nuestra piel completamente óptima.
- Factores hidratantes naturales (FHN): y por último, tenemos los FHN. Estos factores son determinantes en cuanto al estado de nuestra piel, ya que los aminoácidos ayudan a que la misma pueda absorber el agua y se nutra de forma constante para que la misma se mantenga saludable en todo momento. Además, esto también repercute en la elasticidad y en la flexibilidad, lo cual demuestra que es una piel hidratada. Si la piel se deteriora, la misma no permite que los FHN funcionen de modo correcto, ocasionando un cambio rotundo en el estado de nuestra piel.