El texto expositivo pertenece a la clase de modalidad textual, y su objetivo es el de proporcionar información sobre un tema determinado. Todos estos datos son objetivos y llevan sus explicaciones correspondientes, además de que sus lectores pueden aprender sobre un tema en general y sin la necesidad de que tengan un previo conocimiento del mismo.
Por esta razón, nos topamos con dos tipos de textos expositivos, lo cuales están dirigidos al público en general o a grupos de lectores que guarden un interés en específico. Entre dichos textos, tenemos al divulgativo y expositivo, de los cuales hablaremos posteriormente.
Contenidos
Estructura de un texto expositivo
Antes de adentrarnos en los tipos de textos expositivos, primero es necesario saber sobre su estructura, en la cual debe de incluirse un concepto central e información complementaria sobre este.
Como en otros tipos de textos informativos similares, el expositivo también debe de contar con su respectiva presentación, desarrollo y una concreta conclusión sobre el tema que se ha elegido. A través de esta estructura, se asegura que el lector pueda adquirir los conocimientos necesarios gracias a la presentación de los temas expuestos por el autor.
Tipos de textos expositivos
Como se hizo mención anteriormente, el texto expositivo se divide en dos tipos:
- Divulgativo: Las ventajas del texto divulgativo, es que puede ser leído por cualquier persona, independientemente de si esta tiene o no conocimientos sobre el tema. Por esta razón, se considera como un texto con temas de interés general, como lo sería el caso de textos escolares, folletos, conferencias, apuntes, entre otros más.
- Especializado: A diferencia del anterior, para que el lector pueda comprender lo que se encuentra plasmado en un texto expositivo especializado, debe de tener ciertos conocimientos sobre el tema, los cuales suelen ser complejos. Por ejemplo, doctorales, leyes, tesis y monografías.
Partes de un texto expositivo
Para que un texto expositivo sea apropiado y cumpla con su respectiva función, este debe de contar con ciertos elementos fundamentales: introducción, desarrollo y conclusión.
- Introducción: Antes de empezar con la lectura en si de un texto expositivo, primero es necesario crear una introducción, en donde se estará relatando de manera breve los temas que han sido incluidos. A pesar de ser un resumen, este no debe de contar con ninguna explicación de textos, por lo que solo deben de ser mencionados si es requerido.
- Desarrollo: En el desarrollo se emplean varios recursos para dar una explicación mucho más detallada sobre el tema a tratar. Para ello, el autor puede subdividirlo en capítulos o subtemas, con la finalidad de crear un orden que ayude a la comprensión del texto.
- Conclusión o síntesis: Por medio de la conclusión se realiza un detallado resumen, en donde se estarán destacando los aspectos más fundamentales del tema que se ha expuesto. A su vez, el autor también puede incluir sugerencias o proyecciones.
Estructura lógica del texto expositivo
Las estructuras que se emplean en un texto expositivo son las siguientes:
- Analizante o deductivo: El tema primero se formula para luego ampliar toda la información con detalles que son más específicos o particulares.
- Sintetizante o inductivo: Su proceso vendría siendo a la inversa del analizante deductivo, debido a que primero se exponen los temas particulares o específicos para luego englobarlos en un marco general. Por último, se elabora una conclusión final.
- Encuadrada: Se presenta al inicio el tema para luego finalizar con una conclusión que refuerce o modifique a la idea principal.
- Paralela: Debido a que todo tiene la misma importancia en este tipo de estructura, las ideas que se exponen no necesitan coordinarse entre si.
¿Cómo se elabora correctamente un texto expositivo?
Ya habiendo explicado los tipos de textos expositivos, así como también sus partes y estructura, puedes tener una idea mucho más clara de cómo realizarlos. Si lo que has leído no ha sido suficiente, aquí sabrás otras cosas que necesitas hacer para obtener los mejores resultados:
- Recuerda leer el texto por completo, debido a que serás la vía para que otra persona pueda comprenderlo. Si tú mismo no lo haces, no podrás transmitir esos conocimientos al lector.
- Encuentra la o las ideas principales de lo que estás leyendo, para que así conozcas mejor sobre el texto y de lo que trata.
- Organiza el texto con la ayuda de las estructuras lógicas que explicamos anteriormente.
- En el caso de que existan ideas secundarias, también debes de detectarlas.
- Cada uno de los temas que abordes debe de ir con sus respectivos subtítulos. A su vez, se recomienda que los temas no sean tan extensos.
- Subraya cualquier dato que sea de importancia. Esto te ayudará a realizar un resumen del mismo.
- Crea un esquema o estructura que vaya acorte con el tema que se está abordando.
- Volcar todos los datos de manera ordenada, simple y siempre objetiva en el texto.
- Luego de todo este, lo último sería elaborar una conclusión pertinente.