Lo que comúnmente se conoce como un yacimiento, no es más que aquel sitio en el cual se consiguen diversos minerales e hidrocarburos que se explotan para crear productos elaborados y semielaborados. Existen una gran variedad de yacimientos, en donde los petrolíferos destacan en gran medida.
Un yacimiento petrolífero, también conocido como un reservorio de petróleo, no es más que aquel sitio en el cual se acumulan hidrocarburos en el subsuelo, de forma completamente natural. Estos hidrocarburos, por lo general, vienen adheridos en rocas porosas y casi siempre se retienen con bajas permeabilidades. Dentro de los hidrocarburos que se consiguen en estos yacimientos, se encuentran el gas natural y el petróleo crudo.
En lo que respecta al petróleo, el mismo suele formarse en la litosfera, luego de haber pasado por un largo proceso que comienza, aunque parezca imposible, de restos fósiles y diversos organismos que con el tiempo se van transformando hasta acabar en lo que conocemos actualmente como petróleo crudo. Y es que estos organismos, juntos a fondos anóxicos de mares y otras sustancias, se van cubriendo de sedimentos hasta formar el hidrocarburo. Este proceso suele tardar miles de años y es casi imposible saber a ciencia cierta en dónde se encuentran los hidrocarburos, por lo que van realizando estudios y análisis hasta dar con estos yacimientos. Este proceso ocurre principalmente gracias al calor y a la diagénesis, lo cual permite que estos restos pasen a ser gas y petróleo.
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Tipos de yacimientos petrolíferos
Por otro lado, se sabe que estos yacimientos tan conocidos pasan por una diversidad de procesos catalogados por los profesionales como etapas, en donde son cuatro exactamente, marcando la diferencia en la evolución diagenética común. Primero se comienza por un entierro profundo y muy marcado bajo sedimentos, para luego pasar por un calentamiento y una presión fija, para luego pasar de una zona a otra hasta que acaban retenidas las rocas en una trampa petrolífera.
Cabe destacar que dentro de todo este proceso, existe un factor importante que marca la diferencia, y es el tiempo. Para que este proceso acabe en un yacimiento de gas y de petróleo crudo, se requiere de un tiempo que aún no ha sido determinado con exactitud, pero que debe cumplirse para que los sedimentos cumplan con estas etapas a la perfección. Los tamaños de estos yacimientos pueden variar, pero generalmente van desde los superficiales hasta los más profundos, llegando a ser de hasta 9000 m.
Como decíamos, existen distintos tipos de yacimientos petrolíferos, los primarios y los secundarios. Los primeros se forman de forma superficial y se considera primario cuando el petróleo se encuentra en la misma roca, a diferencia del yacimiento secundario, el cual es aquel que mantiene el hidrocarburo alejado y luego, con el tiempo, se va acercando al sitio en el cual se encuentra al final de los procesos. A continuación les hablamos sobre cada uno de ellos para entender mejor sobre estos:
Yacimientos petrolíferos primarios
Para que un yacimiento petrolero pueda ser realmente considerado como primario, debe pasar por una serie de etapas que lo caracterizan, comenzando con una primera capa completamente impermeable que impide que cualquier tipo de humedad entre dentro de ella, y luego una capa de pura arena que debe estar impregnada de gas natural. Luego, debajo de estas rocas, deben estar otras que tendrán el hidrocarburo líquido; es decir, el petróleo crudo. Una vez acaben estas rocas, debe existir una última capa de arena llena de agua salada y otra capa impermeable. De este modo el hidrocarburo se mantiene resguardado de estos sedimentos.
Si analizamos este tipo de yacimiento desde un punto de vista objetivo y económico, se dice que no es rentable gracias a la poca cantidad de petróleo que se mantiene en estos yacimientos, además de que el mismo no cuenta con una concentración muy elevada, sino que por el contrario es bastante suave, por lo que su rentabilidad en cuanto a diversos países y su utilización, es muy baja. Sin embargo, son yacimientos muy buscados para otras situaciones.
Yacimientos petrolíferos secundarios
Y por último, tenemos los yacimientos secundarios, los cuales son aquellos que, como decíamos con anterioridad, se caracterizan por contar con la peculiaridad de que el hidrocarburo no se forma en un mismo sitio, sino que el mismo se va desplazando, por lo que su tamaño puede llegar a ser bastante considerable.
Consiste en que el petróleo se acumule en una gran cantidad, aumentando notablemente su concentración y de este modo ser mucho más rentable que cualquier otro yacimiento.